Con lo que está a su vuelta es con el rechazo de las relaciones de dominación racial y cultural, un racismo que causa al pueblo cubano pobreza y corrupción. En sus obras Wifredo Lam intenta reflejar la idiosincrasia y riqueza que refleja esta tierra desde una visión frente todo natural y animal, para devolver al humano esa espiritualidad de la que parecía carecer. Entre sus influencias y amistades se sitúan los etnólogos Lydia Cabrera y Fernando Ortiz, y al escritor Alejo Carpentier. En sus asambleas este cuarteto multidisciplinar debatirá sobre la tradición, los complejos fenómenos historiográficos que definen a Cuba o la herencia recibida de la cultura africana. Wifredo Lam volvió a España varios años tras su marcha y en el Reina Sofía se ha reunido con su amigo Picasso. Si bien ahora lo hiciese en 1992 con una extensa retrospectiva, es esta vez en el momento en que su obra se puede observar en toda su amplitud en una monográfica estructurada por el Pompidou de París, el Reina y la Tate Modern de Londres, que tiene ciertas obras poco conocidas de los 15 años que pasó Lam en España.
Al fin y al cabo, pasado y presente, un viaje de ida y vuelta, para situarse. Acepto que los datos que he proporcionado (con la excepción del correo electrónico) se publicarán. Los últimos años de su vida los pasa entre Albissola , donde instaló su taller de cerámica y grabado, y París. En 1980 viaja a Cuba para ayudar al funeral de su gran amigo Alejo Carpentier. Enfermo, en silla de ruedas, Wifredo Lam solo regresaría a La Habana dos años después transformado en cenizas para descansar en el cementerio de La Habana. Acceso instantáneo a millones de e-books, audiolibros, revistas, podcasts y mucho más.
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Wilfredo Lam frente a una de sus proyectos de la serie Brousses en su taller de Albissola, 1963. Le Sombre Malembo, dieu du Carrefour (El sombrío Malembo, dios de la bifurcación), 1943. El diseño de Getty Images es una marca comercial de Getty Images.
Él demanda la civilización africana alejada del adorno de las máscaras. “Me propuse poner en mis cuadros los elementos negros en función de su paisaje y su mundo propios. Mi pintura es un acto de descolonización, no física pero sí mental”. Lam volvió a Cuba en 1941, en lo que sería un nuevo exilio, dejando detrás de sí varios amigos, además de una experiencia que le marcaría para toda la vida, y empieza a elaborar lo mejor de su obra.
Te pedimos tu nombre y correo electrónico para lograr enviarte nuestro newsletter o folleto de noticias y novedades de manera personalizada. ‘El sombrío Malembo, dios de la bifurcación’, 1943. Prueba única de 60 días con ingreso a la mayor biblioteca digital de todo el mundo. En la madurez de su trayectoria, el land artist Andy Goldsworthy se enfrenta las inclemencias de la naturaleza para representar la soledad, la espera, la resistencia personal o los infinitos caminos de la hermosura. En Esperar, el inglés presenta sus últimas performances, capturadas en vídeos y fotografías, en las que podemos verlo caminar sobre nieve o barro, mantenerse colgado sobre un árbol, resistir tumbado bajo la lluvia o recorrer realizando equilibrios más de cien metros sobre una cerca de alambre de púas. Wilfredo ante una de sus obras de la serie \’Brousses\’ en su taller de Albissola, 1963.
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La pintura mágica del cubano Wifredo Lam llega al museo Reina Sofía de La capital de españa tras pasar por el Pompidou de París. La mucho más amplia retrospectiva del artista que hizo del multiculturalismo el eje de su obra reivindica su sitio en el modernismo más de hoy. Cuba le devuelve el sitio de confort para crear su propio lenguaje, fruto de todas las vivencias asimiladas. Varios relacionan esta etapa de los cuarenta de Wifredo Lam con un surrealismo tardío que le ha costado su identidad como artista. Sin embargo, lo que reproduce en estas pinturas, de las cuáles La junglaes quizás la más famosa, va bastante más allá de reflejar una estética surreal.
Aterrizó en la localidad en 1923 para continuar estudiando en la Academia de Hermosas Artes. Por entonces reinaba en Lam un estilo academicista que bien reverberan las primeras piezas que aparecen en esta exposición. Pero en el constructor cubano los cambios y el ir en pos de otros horizontes se transformarán en cotidianeidad, sobre todo cuando, estando en La capital de españa, descubrió aquello que medraba en París, rincón de excentricidades y vanguardias.
También experimentará la intensa luz del paisaje Italiano y el color deslumbrante de Asia en países como la India y Tailandia. He leído y acepto la Política de intimidad de elasombrario.com. Abandona La Habana y vuelve a París; viaja por Italia y Venezuela y cuando triunfa la Revolución de Castro se implica activamente en organizar una enorme exposición de arte moderno en Cuba, el Salón de Mayo, una tentativa para descentralizar el eje artístico París-Nueva York. Un año después es actor primordial del Congreso Cultural de La Habana , un encuentro para analizar los inconvenientes de lo que entonces llamábamos Tercer Planeta.
Wilfredo Lam
Su auge como artista le da popularidad y capital, que invertirá en viajar y vivir en la década siguiente, la de los cincuenta, en distintas países. En París coincide con Asger Jorn, miembro del colectivo CoBra, que le servirá de inspiración para dar una vuelta a sus planteamientos. Es entonces en el momento en que la animación y el trazo casi infantil, se apropia de sus cuadros.
En concreto fue la exposición Pinturas y esculturas de españoles residentes en París lo que encenderá su interés por marchar hacia la ciudad más importante francesa una década después. En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el mail) para identificarlo entre el resto de las personas que comunican en el blog. Antes, corredora de fondo en periódicos y gacetas.
Son estas pinturas de sus primeros años las mucho más figurativas de su trayectoria. Alumno del pintor Sotomayor, este le enseña las técnicas del retrato mientras miraba al aspecto los trazos de las pinturas de El Bosco, Velázquez y Goya. Según el crítico de arte Francisco Calvo Serraller, “Lam se hizo pintor en España pero su madurez creativa se produjo a lo largo de los años treinta, cuando procuraba una síntesis entre El Greco y Cézanne”. Sus figuras anticuadas, la ambigüedad de las formas, los tonos verdosos, parduzcos y grises, su técnica al aplicarlos como una nube, a lo sfumato de Leonardo da Vinci, agradaron a los expresionistas abstractos que vieron en él un espíritu mucho más indómito y salvaje que el de los surrealistas.
El mayor de esos dones fue su buena mano con el dibujo, algo que el señor Lam alentó mandándole a estudiar en la escuela de pintura y escultura de La Habana. Después, una beca para Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, cerró el círculo de su destino. Además de esto, a la exhibe en nuestra ciudad se han incorporado ciertas proyectos poco conocidas de los años que Lam pasó en España y que no fueron vistas en la ciudad más importante francesa, testimonio del estudio y vida del artista en los quince años que vivió en este país. El concepto e imagen de lo colonial adjuntado con la cultura ancestral, mitológica y prácticamente mágica que experimentó también en el ámbito familiar, con su madrina Matoñica Wilson, calaron en el joven pintor en el momento en que comenzaba sus primeras andanzas en tierra cubana, en la Academia de San Alejandro. No obstante, su inquietud por entender otros niveles le empujó a los 21 años a arrancar el viaje a Europa, específicamente a La capital de españa.